7 jul 2010

Anhelos.

Aún recuerdo ese beso que anhelaba todas las mañanas. Sabía que volvería, pero no sabía que fueran distintos labios los que visitan mi rostro. Aquel beso sigue vivo. Volvió su risa, la del poeta que venía para admirarme cada noche, atravesando paredes, desmontando su aroma. Sigue vivo.
Un día desapareció, dejando de lado todo lo sentido, dejando de lado los recuerdos, las caricias y el aroma. Su corazón, tan oscuro y desierto dejó de latir. Sintió frío y soledad, pero sigue vivo.
... y aún está vivo en la nítida conciencia de aquel poeta muerto.

1 comentario:

  1. Tengo entendido que los poetas muertos hacen poesía de una forma más profunda de la que pudiera hacerla ningún vivo.

    Por desgracia es algo que no se puede entender.

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